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y por qué?

Y yo había escrito un post re lindo, sobre Iván, y no se qué, y no había guardado nada. Entonces vino María, corrió una silla, y a la mierda el post, Iván, y mis reflexiones.
A ver si me sale parecido aunque sea…
Que entonces, me había olvidado de que además de tener piel con Iván, es el único al que le puedo preguntar por qué todos pensamos distinto, por qué los que mas tienen solo quieren seguir teniendo mas, y si se dan cuenta de que hay gente que no tiene nada. Y entonces, el me contesta. Y aunque apele a sus definiciones sociológicas de sus amiguitos Marx y Weber, y aunque me haga acordar a mi otro amigo el sociólogo que debe de tener en su escritorio pegadas las fotos de Weber y Bourdieu como si fueran estampitas, y aunque me enoje eso de empezar a citar y no dar puntos de vista propios, yo me quedo escuchando. Y lo miro, y lo escucho, y lo miro, y lo escucho, y le pido otro café.

Comments

solnix said…
... y todo eso mientras yo te sigo leyendo... besotes de ojeras, solnix
Juan M Tavella said…
el amor es ciego, sordo, y rengo
Huevo said…
Amor?
Sí. Es amor...
Loca_Sola said…
Solnix.. Hoolaaa!!!.. Cómo estás?..
Eve, Conde y Ale: no comments
Mr. Magoo said…
disculpa la intromisión
y es que me encanta como escribes,
ojalá y yo pueda seguir el estilo con el que te barajas la cotidianidad
Loca_Sola said…
Mr: No será mucho!?. Queda disculpado por la intromisión.
Anonymous said…
Por qué los que más tienen sólo quieren tener más? Porque ven lo que quienes no tienen nada no pueden ver. Que es posible tener mucho. Que pueden modificar sus vidas a partir de su propia voluntad.

Yo sigo pobre.

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No hay muestra mayor de compromiso que dar las llaves de la casa, departamento, habitación de pensión, lo que sea que fuese la morada de una. El compromiso no se demuestra con hechos, con presentar la familia, ni siquiera con un anillo. No. Darle las llaves a otro no es un hecho dejado al azar, no es una cuestión de practicidad, no es “para no bajar a abrir a la mañana”, para “que le vayas a cambiar las piedritas al gato”. No. Dar las llaves es “dar las llaves”. A razón de verdad, yo di mis llaves una sola vez. Fue un acto ingenuo, casi obligado y con el que cargué mucho tiempo. El también me dio sus llaves. Finalmente, el devenir de los hechos hizo que sus llaves terminaran fundiéndose con muchas otras en el Monumento al Che, las mías vaya a saber dónde, pero bueno, ese es otro tema. Por eso, yo ahora ando con mi par de llaves, otro en la casa de Almendra y otro en lo de Perro. Nada más. Ni a mi madre. Las llaves son una cuestión muy íntima. Y hace un par de semanas, cuando le quise b

Así las cosas

Tengo un chico con visera con quién logré una conexión sexual como no había experimentado en años. El sexo con él se compara al sabor de las frutillas con chocolate amargo. No tenemos límites de horarios ni lugares. Siempre hay tiempo, siempre encontramos el lugar. Tengo un hondo enamoramiento con un chico de 18 años. Me tiene encantada. No puedo dejar de mirarlo cuando me mira y nos miramos reflejándonos en la mirada del otro. Nos quedamos escuchando música, mirándonos, besándonos y tomando vino tinto hasta eternas madrugadas. Nuestra intimidad sexual no tiene urgencias, ni presiones. Transcurre lenta y cuidadosamente. Chico de 18 años es fundamentalmente libre. Con toda la libertad de sus 18 años; esa libertad que hace brotar de su espíritu todas las frases con que me despierta a la mañana. Tengo a chico con tatuaje de sol que a veces se queda a dormir. Y me asusto si me despierto repentinamente y lo siento abrazándome. No sabe aún de la existencia de chico con visera, ni chico de 1

Rellenita

Me volví adicta a una golosina. La conocí hace unos años, cuando Daniel vivía en Belgrano, porque las vendían en el kiosco de enfrente a la parada del colectivo. Daniel se mudó y no las conseguí más. Pero hace unas semanas fui al cine, ese que queda en Congreso, y entré al kiosco de al lado… y allí estaban!… las únicas… las irrepetibles Rellenitas Chunky!!… Mi emoción fue tal, que a pesar del precio ($ 1,20) compré 4… y volví, volví al kiosco, solo para comprarlas… y le compré a la quiosquera una caja entera…de las de crema.. porque las de chocolate no son igual. La quiosquera me miró raro, pero me dejó la caja al costo!!!.. ahora, vivo a ingesta de Rellenita Chunky. Por lo menos una al día… todos los días. Solo me resta encontrar un kiosco que siga vendiendo Cremokoa, y ahí si.. seré feliz….Además, me dí cuenta de que el relleno de las rellenitas es el mismo que el de las Cremokoa.. si, cada día mas loca, ya se.