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Showing posts from 2008

lo mismo, pero distinto

Papa Noel se empeñó en traerme por segundo año consecutivo a Chico. Y por segundo año consecutivo, unas vacaciones en el Norte nos cortan este enamoramiento profundo, final y fulminante que nos profesamos. Otra vez paso el 31 lejos , otra vez con esta sensación de querer llevármelo en la valija, otra vez con la certeza absoluta que lo quiero porque lo quiero a pesar de las 10 razones que a veces me pesan. Creo que los años traen seguridad, nos hacen sentirnos cada vez más cómodos con el contexto, nos dan más capacidad para desenmarañar las respuestas que vienen dentro del problema, nos ayudan a entender los valores reales, a quedarnos con lo bueno. Así que, aunque el contexto sea el mismo, aunque me desprenda por dos semanas de Chico otra vez; se que voy subiendo y no sólo geográficamente. Estar en la misma situación me ayuda a entender que él y yo no somos los mismos, que lo quiero más y mejor, que me tomo las cosas con más calma, que entiendo sus límites y los míos. Y que los años nu
Creo que las subestimamos demasiado. Que creemos que con sus pasitos lentos, no pueden ir más allá de los 10 centimetros. Que se la pasan durmiendo. Supongo que debemos pensar que al comprarlas (igual, es ilegal comprarlas) son nuestras para siempre. Hasta que se mueran. Que son longevas y que viven con pocos recursos (manzana, zanahoria, lechuga). Yo nunca les tuve demasiado aprecio. Cuando iba a tercer grado, teníamos una de mascota del aula y odiaba tener que llevarla a mi casa. Era demasiada responsabilidad. El perro la volvía loca, la queria dar vuelta. Y yo, no le encontraba la gracia. Después, antes o en el medio de tercer grado, entró una por la puerta de la casa de mis viejos allá en el conurbano. Y la tuvimos un tiempo, escondida entre el pasto y las plantas. Y nunca lo supimos con certeza, pero un día, se fue. No estaba más. Tal vez fue un descuido. Una puerta abierta mientras mi mamá baldeaba. Al tiempo, adoptamos otra (esa no me acuerdo cómo apareció). Vivía abajo de la pa

tus besos me saben a hierba

Jebus tenía una teoría sobre la saliva, los besos y la compatibilidad a la que solía adherir. El decía algo así como que, a través de los besos y la saliva del otro, uno podía darse cuenta si era compatible genéticamente. Entonces, si te gustaba la saliva y los besos del otro (aunque no se haya lavado los dientes por cinco días, ponele), quería decir que la compatibilidad era alta, en cambio, sino, por más que el otro tuviera un aliento impecable, estabas en el horno. Era algo así como una cuestión de la naturaleza ó la preservación de la especie ó algo así. Y ahora que lo pienso, las personas de las que me enamoré, todas tenían este componente de la saliva rica, que las diferenciaba de quienes tenían un aliento a brisa del bosque, pero a mi no me llamaba la atención en lo más mínimo. Todo esta cuestión viene a que, hoy pensé que no hay nada por estos días (y por aquellos de hace menos de un año) que me guste más que darle besos a Elchico. Podría estar besándolo por cinco días ininterr
Algunas cuestiones aprendidas por el asunto de la perdidita. -Si fue una especie de somatización, esta vez, me fui de tema. -Las salas de espera son un espacio extraño. Indefinido. Un lugar detenido en el tiempo. Con gente que entra y llaman al toque, otros que están ahí cuando llegás y permanecen cuando te vas, señoras y señores que te cuentan sus periplos y la injusticia del sistema hospitalario, mujeres embarazadas de todos los tipos y tamaños, viejas impacientes que le quieren pasar por encima a medio mundo, pantallas con letras rojas, televisores clavados en programas que no llegás a escuchar, máquinas de café que requieren muchas monedas. Blanco y asepsia. -Los exámenes ginecológicos son lo peor del mundo. Te sometés a violaciones a voluntad , toqueteadas con plásticos y preguntas idiotas del médico en cuestión para que “pienses en otra cosa”. -Creo que al ecografista de la última y mas incómoda de las ecografías se fue de tema, cuando mientras miraba mi interior en su pantallit

siempre

"Bueno, pero tiene un año más ahora", me respondió Lula cuando le conté que me lo encontré al Elchico en una esquina del centro. "Pero yo siempre voy a tener diez años más" le respondí. Y ese siempre sonó débil, entre los tantos otros siempre que se me vinieron a la cabeza. Pero no se los dije, claro. Y por ahora, tampoco voy a escribirlos.
No recomiendo los grises, los intermedios, los tibios. Las relaciones indefinidas, en las que se deja pasar el tiempo "haciendo de cuenta que", en las que quedan flotando tal veces. Mejor, le doy lugar a los plenos, los rotundos, los medulares, la verdad aunque duela, a pesar del miedo, del vértigo. Decir o callar con las palabras justas en el momento preciso. Porque lo tibio, lo gris, el bicicleteo y el tal vez, te pasa el recibo cuando menos lo esperás y se paga al contado.
A veces, no me hace bien que me digan que soy independiente, inteligente, linda y con buen culo. Porque a veces, eso me hace sentir más inutil todavía. Porque en el espiral de llanto en el que estoy metida, solamente me hace pensar que ni aún teniendo todo eso (como dicen que tengo a veces) puedo hacer las cosas bien. A veces, ante los ataques de llanto que me invaden, solamente necesito que (como hizo ayer el señor que estaba sentado enfrente mío en el subte) me extiendan un paquete de pañuelos descartables y me digan: agarrá los que quieras.
Tobias es italiano y viene viajando por sudamérica desde enero. Aprendió a hablar español durante el viaje. Trabajó durante un año para pagarse el viaje, y no le queda mucha plata. Estuvo durante dos meses haciendo trabajos comunitarios en Perú, a cambio de techo y comida. Es lindo, muy lindo, parecido al Jesús que nos hicieron creer. Me convida un té y me dice que tiene frío (hacía 5 grados y andaba de sandalias y remera), le pregunto si tiene ropa más abrigada y dice que no. A Tobias lo conocí en un Hostel en Rosario en el que estuve parando para desintoxicarme de un congreso que me tocó cubrir en la ciudad. Su ruta seguía por Córdoba, Mendoza, y nuevamente el centro comunitario de Perú antes de volver a Italia para las fiestas. Mientras lo escuchaba hablar pensaba en la cantidad de vidas posibles por las que uno puede optar, si se anima a despegar del suelo.

Un....

Durante su vida, uno se puede relacionar sentimentalmente con muchas personas. Con algunas entablar relaciones más profundas que con otras, claro. Con otras tener relaciones esporádicas, con otras entender que la cuestión tiene un límite, a otras dejarlas ir. Pero de todas las personas con que una se relacionó, siempre existe una, una sola, que no entiende de cuestiones racionales, que se mezcla entre el viento de una tarde cualquiera, que aparece en cualquier pasaje de cualquier libro, que se filtra entre los estribillos de una canción. La mejor musa inspiradora para la letra de una canción, de un cuento, de una poesía, de una foto, de una pintura. En la que pensamos ante un acontecimiento inesperado: una nevada, la caída de las torres gemelas, el triunfo de Racing. La que queremos que esté al tanto de los acontecimientos relevantes en nuestra vida: una mudanza, un nacimiento, un ascenso, un reconocimiento, la compra de una calza violeta. Raro saber que existe esa persona, y no saber

Señal que me he perdido

Digo, esto de las señales es muy extraño. Indescifrable. Uno le quiere buscar la vuelta, encontrarle el significado, pero nada. “Esa es una señal”, me dijo Lula cuando le conté que me lo crucé a Javi un día de semana a las 2 de la mañana, a la vuelta de casa. Siendo que él vive muy lejos de mi casa. Siendo que yo venía de la mano con unonuevo. “El colectivo no vino nunca. Me tomé uno que me acercaba y venía paseando. Señal que no tenía que venir” le dije a Mir cuando finalmente había llegado. Estaba a punto de irme, cuando alcé la vista al televisor sin sonido, y leí las letras “Please don´t go” debajo del video que estaban pasando. (Juro que fue así). Unonuevo me estaba preguntando por mi desaparición durante la semana y estábamos llegando al acuerdo de dejar todo así, porque parece que “soy demasiado solitaria y él demasiado hogareño”, y entonces, cuando dijo “ a veces el destino hace que se junten quienes no se tenían que juntar o que se encuentren lo que no se tenían que encontrar

paranoia

Locación: subterránea. volviendo del trabajo. a dos estaciones de casa. Hora: 20:40 -Todo bien?, me pregunta un hombre pelado, pulcro, cara de asesino serial, sentado a mi derecha. -qué?, le digo con mi mejor cara de oj#te. - hace media hora que venís pensando, me dice mientras mira el reloj. Me levanto de mi asiento sin decir nada. Había llegado a la estación donde me bajo. El pelado pulcro cara de asesino serial también se levanta del asiento y se para al lado mío, frente a la puerta. Lo dejo bajar. Se cierran las puertas. Me quedo adentro del subte. Gracias a la paranoia generada por el exceso de peliculas yanquis de asesinos seriales, caminé siete cuadras de más para llegar a casa.

Cuánto vales

Cuestión es que yo andaba buscando cosas de Perón para hacer un regalo de cumpleaños. Y se me ocurrió preguntar en voz alta en mitad de la oficina (que estaba casi vacía) -"¡Alguien sabe dónde puedo comprar merchandising de Perón para hacer un regalo?!". Algunos se rieron, otros preguntaron.. ¡qué?!, otros no dijeron nada. Pero la voz de la correctora, desde el fondo de una esquina, dijo: -"Pero que regalo de mal gusto, nena". Hoy, al mediodia, yo estaba sentada en mi escritorio. Llega la correctora, me saluda y deposita una plancha de stickers de El General, y mientras se va para su escritorio dice: -"Y de Eva, no quedaban mas".

esta forma tan cobarde de no decirnos que no

Era mejor cuando este espacio era totalmente anónimo. Cuando no tenía que cuidarme de escribir tal o cual cosa, porque la ex de aquel tipo que me besó en el ascensor, leía el blog. Era más sano cuando servía como una especie de catarsis, y podía escupir, vomitar, toser todo acá y no tragarme sapos que después se convirtieron en anginas, gripes, congestiones, infecciones. Se sentía más cómodo cuando nadie sabía quien era El del sol. Hubiera sido un poco más fácil estar en aquella fiesta si nadie hubiera sabido de mi blog, y me lo preguntase delante de unonuevo, quién a su vez me decía: y yo no lo puedo leer?.. y yo decirle que no; y tomar conciencia de que esto de los blogs es una especie de diario intimo público para anónimos. Era más sencillo cuando no tenía que ocultar nada acá. Pero, en el fondo del asunto, no decir acá es como estar callándome cosas a mí misma. Debe ser por eso que últimamente me la paso durmiendo, porque solamente en mis sueños me digo la verdad. Y por suerte ello
Convengamos que el “dejo el cepillo de dientes en tu casa” está como cuatromil casilleros debajo de las llaves del compromiso . Pero tampoco es un objeto menor. Despertarse cada mañana y ver un cepillo de dientes de otro color junto al de una, no es una nimiedad. Que entren tus amigos al baño y al salir te hagan el comentario sobre el objeto reluciente, tampoco. -“Espero que no lo tomes a mal, pero me compré un cepillo para dejar en tu casa” me dijo unonuevo ayer nomás. Ante mi cara mesientopresionadatevasainstalar alegó algo sobre lo poco que le gusta ir trabajar sin haberse lavado los dientes. Bueno, si, puede ser lógico, claro. Pero la cuestión va más allá de los dientes limpios o sucios. El cepillo de dientes de otro cómodamente responsado en el porta cepillos de dientes. Esa es la cuestión. Yo puedo entender todo. Hasta que unonuevo quiera ir a trabajar con los dientes limpios. Pero… ¿Quedaré muy enferma si le digo que lo deje en el cajón cada vez que termine de usarlo?
Locación: Cita con unonuevo. Sábado a la noche, en un bar. Unonuevo: ... y bueno, viendo los papeles de mi viejo, me enteré que se casó con mi mamá a los 35. re loco, porque yo siempre decía que me iba a casar a los 35. Loca: .. y cuántos años tenés? Unonuevo: 35 Loca:... (cual si fuese un acto reflejo, estaba estirando la mano para agarrar el saco, cuando me dijo: pero bueno, no me voy a casar a los 35).

supongamos que hablo de nudos marineros

Tengo las neuronas enredadas como en una especie de hilo sisal. En perspectiva están atadas formando un nudo marinero, y la solución está en un solo tirón si encuentro el hilo indicado. Pero el miedo hace no pegue el tirón final (porque se muy bien dónde está el hilo), entonces, mientras intento desanudarlas de a una, me lastimo, lloro y se me llenan cada vez más las manos de ampollas. Es como esos sueños recurrentes que tenía antes de separarme. Cuando soñaba que me quería escapar de una casa, la puerta estaba cerrada, y yo ni intentaba abrirla. Pero después de dar muchas vueltas desesperadas, tocaba el picaporte, la puerta estaba sin llave y finalmente salía aliviada del lugar. Bueno, lo del nudo y las neuronas es así. Lo que ruego es poder animarme a pegar el tirón antes de perder la sensibilidad en las manos.
Caí en la cuenta de que cuando se trata de ElChico, las lágrimas no pueden dejarse para después, disimularse en una rápida visita al baño, reservarse para cuando llegue a casa, esperar para cuando esté hablando con algún amigo, disfrazarse en un resfrío. ElChico dejó entrever con sus actos y ante mi pregunta fue preciso y claro. Y claro que se entiende. Que se sabe. Que es más que obvio. Que los diez años ahora son como una pared enorme con la que yo no puedo lidiar, ni terminar de entender, o aceptar. Y que parecía un tema “resuelto” hace unos meses. Pero ante su ambigüedad que encubría la negativa, el resto de mí que quedaba esperándolo (sin siquiera yo aceptarlo) se fue diluyendo en lágrimas, que se deslizaban por las mejillas sin que pudiese frenarlas, entenderlas, analizarlas. Y después, el llanto ahogado, en el subte. En la calle. Y ahora, frente al monitor mientras escribo.
No hay nada mejor que verse un lunes invadida por retazos de imágenes del fin de semana. Y que esas imágenes, se transformen en una oleada de sonrisas mientras una viaja en subte, colectivo, camina por la calle o está sentada frente al monitor en la oficina. Porque el recuerdo del bailarín con espasmos, el sorteo frustado, los temas del DJ Lenín, y el primer regreso fallido en el colectivo aparecieron durante todo el día esporádicamente y se convirtieron en carcajadas frente al mail colectivo de Edu y al post de Myr. Porque no hay nada mejor que un buen fin de semana para sobrellevar los lunes.. Porque no hay nada mejor que los amigos.... si, si.
No hay muestra mayor de compromiso que dar las llaves de la casa, departamento, habitación de pensión, lo que sea que fuese la morada de una. El compromiso no se demuestra con hechos, con presentar la familia, ni siquiera con un anillo. No. Darle las llaves a otro no es un hecho dejado al azar, no es una cuestión de practicidad, no es “para no bajar a abrir a la mañana”, para “que le vayas a cambiar las piedritas al gato”. No. Dar las llaves es “dar las llaves”. A razón de verdad, yo di mis llaves una sola vez. Fue un acto ingenuo, casi obligado y con el que cargué mucho tiempo. El también me dio sus llaves. Finalmente, el devenir de los hechos hizo que sus llaves terminaran fundiéndose con muchas otras en el Monumento al Che, las mías vaya a saber dónde, pero bueno, ese es otro tema. Por eso, yo ahora ando con mi par de llaves, otro en la casa de Almendra y otro en lo de Perro. Nada más. Ni a mi madre. Las llaves son una cuestión muy íntima. Y hace un par de semanas, cuando le quise b

Tirano oro

No hay caso. Por más que lo intente. Y obedezca a sus tiranos mandatos. Y le haga caso a sus agujas. Y salga a “tiempo”. No hay caso. Una mano invisible se encarga de adelantarlas a una lógica sobrehumana. Ó poner escollos imprevistos en el camino. Y ahí estoy, llegando tarde. Pero no es mi voluntad, lo juro. Es que siempre se demora el ascensor. O el tren que estaba programado tuvo un desperfecto. O justo ese día la correctora de la editorial me pide que la espere para ir caminando juntas hasta el subte. Y se demora agarrando el saco, saludando a los que quedan, olvidándose algo en el escritorio. Y camina a dos por hora mientras se queja y me toca el brazo cada tanto para que asienta o le preste atención. Porque claro. Yo voy pensando en lo tarde que es. Y en que cómo puede ser si salí a tiempo. También es común que al portero que me tiene que abrir la puerta, se le ocurrió ir al baño. O hay más gente que la acostumbrada en la fila para sacar pasajes. O me encuentro sin monedas cuand
Te pasa o no te pasa. Tan simple y complejo como eso. Y cuando te pasa, te traspasa. Y cuando no te pasa. Se queda ahí, en la superficialidad. Y no hay vuelta que darle. Por más piel, por más lindo o por más visera que lleve. Por más buen sexo o presentable que resulte. Por más que te canses de escuchar de boca de tus amigos, incluso los varones, “este chico es el más lindo que te conozco”. No. Si no te pasa, no te pasa. “Tengo miedo que Visera me gane por inercia”, le decía hace un par de semanas a Lula. “Y.. porque quiera o no, está ahí, me pasa a buscar, me llama, se hace presente, me manda mensajes, se queda a dormir. Y yo ya estoy por llegar a los 30. Y me estoy saliendo del circuito de salidas. Y..”, le explicaba a Lula. Y ella me respondía muy acertadamente -confirmando que los amigos tienen la capacidad de ver con más claridad que nosotros las situaciones en las que estamos metidos-“no creo que te quedes con alguien por inercia. Vos no hacés esas cosas”. Y no. No está en mi nat
Escena bizarra nº 568 Categoría: ¿cómo llegué hasta acá? Locación: Punta del Este El amanecer de un domingo me encontró en la parte trasera de un auto, con un periodista de un diario uruguayo de un lado y una periodista del otro diario uruguayo del otro. Iba manejando un niño bien con su acompañante -otro niño igual de bien- mientras cantaba una canción de Mika entonando cada una de las altisonantes voces del cantante. Vale aclarar que nuestro grado etílico era de proporciones elevadas, a pesar de que ya comenzaba a asomarse la resaca. Hacemos una parada en una estación de servicio, porque los niño bien querian ir a un Mc Donald´s que estaba cerrado, y el periodista de mi derecha me dice: -Para mí que estos dos nos quieren matar. Con que el padre de uno sea juez, listo. A lo que le respondo, como si lo que me estaba diciendo fuese lo más natural del mundo: -Y encima yo soy Argentina (?)
Osea. No entiendo. ¿Cómo es el tema?. ¿Qué tendría de malo que tenga sexo ocasional con más de una persona?.¿Tendría algo de malo?.¿Por qué supuestamente está peor visto si lo hace una mujer que si lo hace un hombre?. ¿Lo hace mucha gente, pero el tema es que muy pocos los cuentan?. Y no es que me esté acostando con muchas personas, simplemente en el momento por el que estoy atravesando, no tengo ningún problema en conocer a alguien e irme a la cama con él, sin que medie ningún tipo de compromiso, amor, cariño, etc. Y no es la primera vez que lo hago. No. Y si, me estoy acostando con dos personas al mismo tiempo. Con ninguna de las dos tengo ningún tipo de compromiso. Eso no me genera ningún tipo de culpa (por ahora). Y la estoy pasando bien. Claro, que ninguno de los dos sabe que me acuesto con otro. Pero ¿para qué contárselos?. Y no, no me molesta que ellos lo hicieran, pero ¿para qué contármelo?. “Pero bueno, vos estás llevando una vida promiscua”, me dijo Jebuz el viernes mientras
Locación: Fiesta Hippie/Punk con capitulos de Chachacha en pantalla gigante y campeonatos de Family Game. Conversación con chico que vendia pulseras: cqvp: blabalba.. y vendo cerca del Parque Rivadavia también.... Loca: mirá vos, yo vivo por ahí, en la calle ssderrr y wderf... cqvp: ah. y vas al colegio xdwemo Loca (¿me ve cara de profesora este pibe?): ¿colegio?.. hace mucho que no entro a un colegio... cqvp: si?... pensé que estabas en 5º año... Ajá. No. No. Asi las cosas no van.

elemental...

Locación: Bar de Plaza Serrano. Conversación entre Loca y Myris Loca: blablabla ¿ y cómo fue que llegaste al blog? Myris: Puse "loca" en el google y te encontré... Claro.

teorías domingueras

La verdadera cara de los domingos se da a conocer con la escolaridad. Ya desde aquel entonces la caída de la tarde dominguera nos empieza a martirizar: porque no hicimos la tarea, porque nos olvidamos que teníamos que comprar el mapa de Europa con división política, porque al día siguiente nos tendremos que encontrar con ese compañerito que nos odia y odiamos en igual manera, porque no estudiamos para la prueba, porque tenemos que madrugar, o por lo que sea. Es en esa etapa cuando empezamos a convivir con un sentimiento que nos acompañará por el resto de nuestras vidas: la depresión de los domingos. Más adelante, ya en nuestra vida adulta se emparentará con lo laboral, pero ¿un domingo deja de ser menos domingo para las personas que ocupan ese día trabajando? Suponiendo que, su franco sea, por ejemplo, lunes y martes, ¿el martes a la tarde adoptaría el mismo patrón que un domingo, para esas personas? ¿La solución será entonces trabajar los domingos? Porque me encanta echarle la culpa d

duelos

El beneficio de haber pasado por algunas rupturas sentimentales es que uno ya se sabe de memoria las etapas de los duelos: Primero viene el llanto, la bronca, las charlas interminables con amigos (¿qué cómo puede ser? ¿qué ahora qué voy a hacer?), el quenadiememire,quenadiemetoque,noquieromásnadaconnadie, y los “ya no voy a enamorarme nunca más de alguien como me enamoré de él”.* Después, comienzan las salidas con amigos, el descontrol, las borracheras, los vómitos en el auto de Jebuz, la búsqueda en el MSN de "asuntos pendientes" con los que nos acostaremos una vez y nos despertaremos a la mañana siguiente sintiéndonos más vacías y tristes que antes. * Luego aparecen los “ya aparecerá algo mejor”, ó los “todo tiene su porqué en la vida”. Y finalmente, nos olvidamos del primer individuo en cuestión y de los mejores que supuestamente iban a aparecer y comenzamos a vivir disfrutando y sin preocupaciones hasta que, oportunamente aparece otro individuo… y todo empieza otra vez… A

Tono (de verdades sabidas por casi todos, pero nunca publicadas en este blog)

No sé si lo escuché en una película, me lo dijo una amiga, es producto de mi imaginación ó las tres cosas pero, tras abonarme al servicio de contestador que dan las empresas de telefonía entendí que: El tono de voz de la mujer de la grabación es muy diferente cuando dice: ud NO tiene ningún mensaje, que cuando dice Ud. Tiene (uno, dos, tres, cuatro) mensajes nuevos. Siendo una voz que va para abajo, se deprime y te acusa de antisocial y quenitumamátequiere cuando dice NO tiene mensajes nuevos; y un tono jovial, libre, renovado y esperanzador cuando dice UNO, DOS, TRES o CUATRO mensajes nuevos.

Huelga de oídos cansados

Creo que desde el sábado a la tarde hasta este mismo instante escuché todos los: “¡Pero tiene 19 años!!!!!”.. que mi paciencia pudo haber tolerado.. –Y ni hablar del ejemplo de Jebuz señalando en el televisor a un estudiante exaltado, mientras me decía.. “estás lidiando con un chico como ese”...- Y todos los “¿cómo no te enganchaste todavía con Lost?.. yo me hice re adicto/a y me quedo horas mirando los dvd´s y blablbabla”... que pude haber soportado. –Y menos viniendo de mi vecina boba con voz finita que trata con más afecto al perro que al marido-. A partir de este instante, me declaro incapaz de soportar otro.... pero tiene 19 años!!!, y/o así mismo cualquier referencia a la serie Lost. He dicho...
“Bueno, se supone que si estás de novia no podés hacer esto. Osea, si le pregunto a mi novia qué hizo el sábado a la tarde y me dice que estuvo tomando cerveza en el cuarto de la casa de un amigo, no me va a caer muy simpático” decía Juan, mientras yo miraba a mí alrededor y caía en la cuenta: estábamos los dos sentados en su cama, hablando de la vida, tocando la guitarra, escuchando música y mirando fotos. (El día de mi cumpleaños, Elchico me dijo si quería ser la novia. Creo que es la primera vez en mi vida que alguien me pide formalmente “ser la novia”. Yo me reí de ternura y le dije que sí; ¿qué podría haberle dicho?. No iba a salir con un planteo de personadecasitreintaconunamochiladefantasmas cuya respuesta hubiera sido “yo tengo muchos problemas y no creo en las relaciones monogámicas” (¿?)). Y la cosa es que después de algunas semanas de la declaración de Elchico, ahí estaba: conociendo el departamento nuevo de Juan un sábado a la tarde de mucho calor y tomando cerveza, claro.

13 de febrero

Cachetearme, zarandearme, sacudirme, gritarme. Gritarme fuerte. Cuando se anudan los sentimientos, se arremolinan, se escapan de las manos. Empieza la intensidad que le precede al miedo y después la tristeza, la angustia, el sentir que es para el resto pero no para mí, pensar en lo que puede pasar si se termina, creer que ya no voy a resistir salir lastimada de otra (aunque siempre piense lo mismo y lo vuelva a intentar). Y que los también no son lo mismo, nene, ya lo se. Pero a vos te salen como si fuera la primera vez que los decís y en mi caso pareciese que fueran los últimos y que los estoy cuidando vaya a saber para qué. Cachetearme, zarandearme, gritarme desagradecida. Porque tengo todo ahí. Al alcance de la mano. Incluso más de lo que pudiese haber imaginado. Un chico que me dice que me ama; El, que siempre va a estar con su sol y gracias a quien confirmo todos los días que ser auténtico es lo único que nos hace brillar; ellos, los ángeles que me sacuden cuando me mando una caga

una madre siempre sabe

En el día de mi cumpleaños, me encuentro con mi madre, y tras el saludo pertinente a la fecha, ella exclama: -Hija, que tetona!!. ¿Te hiciste las lolas?... (Esa frase fue el mejor, pero el mejor regalo que me podría haber hecho)

Impulsos

Cuando en mi última noche en Humahuaca me puse a llorar en el medio de la cena enfrente de Lula y un chico que habíamos conocido hace dos días, al leer el mensaje de texto que decía: “salgo para la costa esta noche. Me quiero matar”, entendí que lo que me pasaba con el chico de 18 (ahora 19 años) se me estaba saliendo un poco de las manos. El caso es que el chico salía para sus vacaciones en Gesell el 15 de enero y habíamos arreglado mi regreso para el 13, así nos encerrábamos por dos días antes de su partida. Pero la cosa era que por alguna razón se le había adelantado el viaje, iba a ser imposible cruzarnos, y ahí estaba yo, mirando la pantalla de mi celular, sin poder controlar las lágrimas que brotaban a raudales. Mientras Lula me preguntaba ¿qué pasó?!! y el chico que habíamos conocido hacia dos días miraba la escena con un gran signo de interrogación. Cuando a la semana de mi regreso le conté al El acerca del chico y de mi llanto en el medio de la noche humahuaquense, y El me