Skip to main content

Pasos

El momento, el lugar, la circunstancia, la edad, el contexto, que me gustes, que te guste, que no estemos con otros, que estemos bien con nosotros, que vivamos relativamente cerca geográficamente, que tu locura encaje con la mía, que te encandile mi sonrisa, que me atraviese tu mirada, que podamos seguir hablando cuando ya no haya mas nada que decir, que nos podamos quedar callados sin sentirnos incómodos. Que me enamore. Que te enamores.
Si, ya se que es complicado. Pero ¿qué querés que haga?. Yo no pongo las reglas. Es el viejo de barba, que se divierte jugando con nosotros como si fuésemos pin y pon.

Comments

la enmascarada said…
Besitos loquita, ojalá que sea todo lindo!!!!
ele said…
que tu locura encaje con la
mía----> sobre todo eso.
Anonymous said…
creo que con un par de cosas menos igual estaría todo más que bien
Te faltó el sexo increíble
;-)
Guzamadour said…
y ahi solo serias una loca mala
El Padrino said…
Con que barbudo tengo que hablar?
MALiZiA said…
Es cierto hay muchos factores para encajar, justamente en eso radica la magia del amor.
Lo bueno es saber que a muchos le pasa, no?
Besos,
yo said…
¿con lo de el viejo de barba te referís al de la verduleria de acá a la vuelta?
Loca_Sola said…
Yo no se, gracias a todos por opinar. No se con qué viejo de barba hay que ir a hablar, ni dónde radica la magia del amor, ni de qué libertad tengo que disfrutar, ni nada. Lo que sé es que solamente una vez seguí esos pasos con total prolijidad. Me fue bien, pero fue el inicio del caos. Les mando un beso a todos y que estén bien.

Popular posts from this blog

!!!¿?!!!

La semana pasada. Dos lugares diferentes. Dos hombres distintos. La misma pregunta: -¿Estás tomando fernet?. Tras la respuesta afirmativa, la misma exclamación: -Qué raro que una mujer tome Fernet.
No hay muestra mayor de compromiso que dar las llaves de la casa, departamento, habitación de pensión, lo que sea que fuese la morada de una. El compromiso no se demuestra con hechos, con presentar la familia, ni siquiera con un anillo. No. Darle las llaves a otro no es un hecho dejado al azar, no es una cuestión de practicidad, no es “para no bajar a abrir a la mañana”, para “que le vayas a cambiar las piedritas al gato”. No. Dar las llaves es “dar las llaves”. A razón de verdad, yo di mis llaves una sola vez. Fue un acto ingenuo, casi obligado y con el que cargué mucho tiempo. El también me dio sus llaves. Finalmente, el devenir de los hechos hizo que sus llaves terminaran fundiéndose con muchas otras en el Monumento al Che, las mías vaya a saber dónde, pero bueno, ese es otro tema. Por eso, yo ahora ando con mi par de llaves, otro en la casa de Almendra y otro en lo de Perro. Nada más. Ni a mi madre. Las llaves son una cuestión muy íntima. Y hace un par de semanas, cuando le quise b...

¿Qué te iba a decir?

Obviamente te escribo esto porque estoy convencida de que nunca vas leerlo, y no me importa que lo lean unas 30 personas por día (según con el contador que está al final del blog). Te escribo porque cada vez que nos encontramos pienso en decírtelo, pero cuando te miro a los ojos, se me nubla todo, me agarra vértigo y sólo atino tomar un vaso de cerveza, y después otro, y otro más, y entonces empezamos a debatir sobre los cánones sociales y las desigualdades y me pierdo entre el gesto de tus labios, tu mirada calma, la contundencia de tus palabras, y yo; que lo único que puedo hacer es seguir tomando cerveza y pensando en que en cualquier momento se me va a escapar lo que quiero decirte, y en ese momento me salva el gato, que se sube a la silla que quedó vacía y nos lo quedamos mirando como bobos por 15 minutos. Escribo lo que te quiero decir porque temo que salga al final de alguna de esas frases brillantes que tirás a la mesa así como si nada, cómo cuando me asombrás con esos datos qu...