Obviamente te escribo esto porque estoy convencida de que nunca vas leerlo, y no me importa que lo lean unas 30 personas por día (según con el contador que está al final del blog).
Te escribo porque cada vez que nos encontramos pienso en decírtelo, pero cuando te miro a los ojos, se me nubla todo, me agarra vértigo y sólo atino tomar un vaso de cerveza, y después otro, y otro más, y entonces empezamos a debatir sobre los cánones sociales y las desigualdades y me pierdo entre el gesto de tus labios, tu mirada calma, la contundencia de tus palabras, y yo; que lo único que puedo hacer es seguir tomando cerveza y pensando en que en cualquier momento se me va a escapar lo que quiero decirte, y en ese momento me salva el gato, que se sube a la silla que quedó vacía y nos lo quedamos mirando como bobos por 15 minutos.
Escribo lo que te quiero decir porque temo que salga al final de alguna de esas frases brillantes que tirás a la mesa así como si nada, cómo cuando me asombrás con esos datos que no sé de dónde sacás y obligan a volver a releer libros empolvados que reposan en el estante de la biblioteca. Porque me asombra la cantidad de cosas que sabés sin saber.
Te lo escribo antes que mis labios me traicionen entre sueños, y entonces suelte la frase que te quiero decir y no puedo, mientras estamos abrazados con 42 de térmica y sin ventilador porque lo desarmé y ahora no encuentro los tornillos.
Y ahora, mientras escribo esto, el gato saltó desde el monitor hasta la ventana desde dónde se ve la luna redonda que brilla y yo me pregunto qué verás vos en la luna, y cuánto falta para que salga el sol, porque esta noche, que no estás, dormir se me va a hacer más difícil que tratar de escribir lo que te quería decir, aunque nunca leas esto, y vaya a saber si alguna de las 30 personas llegó hasta acá para leerlo, pero bueno.
Te lo tenía que decir, porque no vaya a ser cosa que se me escape mañana cuando me termines de dar esos besos tan lindos que me esfuerzo en rechazar por lo mucho que me gustan y que siempre tienen gusto a menta con eucalipto, tabaco, una pizquita de anís y chocolate y cerezas, un cachito de mi perfume y en el fondo ese gustito a Casa y a uniforme y a colegio y tarde soleada cuando nos podíamos ir a las cuatro de la tarde porque faltaba la de química
Porque aunque nunca leas esto, te lo tenía que decir, porque somos amigos, y porque no vaya a ser cosa que alguna vez te enteres, justamente mientras lo estés leyendo.
Y bueno
Era eso nomás.
Te escribo porque cada vez que nos encontramos pienso en decírtelo, pero cuando te miro a los ojos, se me nubla todo, me agarra vértigo y sólo atino tomar un vaso de cerveza, y después otro, y otro más, y entonces empezamos a debatir sobre los cánones sociales y las desigualdades y me pierdo entre el gesto de tus labios, tu mirada calma, la contundencia de tus palabras, y yo; que lo único que puedo hacer es seguir tomando cerveza y pensando en que en cualquier momento se me va a escapar lo que quiero decirte, y en ese momento me salva el gato, que se sube a la silla que quedó vacía y nos lo quedamos mirando como bobos por 15 minutos.
Escribo lo que te quiero decir porque temo que salga al final de alguna de esas frases brillantes que tirás a la mesa así como si nada, cómo cuando me asombrás con esos datos que no sé de dónde sacás y obligan a volver a releer libros empolvados que reposan en el estante de la biblioteca. Porque me asombra la cantidad de cosas que sabés sin saber.
Te lo escribo antes que mis labios me traicionen entre sueños, y entonces suelte la frase que te quiero decir y no puedo, mientras estamos abrazados con 42 de térmica y sin ventilador porque lo desarmé y ahora no encuentro los tornillos.
Y ahora, mientras escribo esto, el gato saltó desde el monitor hasta la ventana desde dónde se ve la luna redonda que brilla y yo me pregunto qué verás vos en la luna, y cuánto falta para que salga el sol, porque esta noche, que no estás, dormir se me va a hacer más difícil que tratar de escribir lo que te quería decir, aunque nunca leas esto, y vaya a saber si alguna de las 30 personas llegó hasta acá para leerlo, pero bueno.
Te lo tenía que decir, porque no vaya a ser cosa que se me escape mañana cuando me termines de dar esos besos tan lindos que me esfuerzo en rechazar por lo mucho que me gustan y que siempre tienen gusto a menta con eucalipto, tabaco, una pizquita de anís y chocolate y cerezas, un cachito de mi perfume y en el fondo ese gustito a Casa y a uniforme y a colegio y tarde soleada cuando nos podíamos ir a las cuatro de la tarde porque faltaba la de química
Porque aunque nunca leas esto, te lo tenía que decir, porque somos amigos, y porque no vaya a ser cosa que alguna vez te enteres, justamente mientras lo estés leyendo.
Y bueno
Era eso nomás.
Comments
me gustan los besos con sabor a chicle globo tutifruti!
y él no lo sabe
Un beso grande.
¿daría ud. clases de degustación de besos?
¡El amorghhh, qué lindo, qué terrible! ¿No?
¡Se la vide!
(O cómo diantres se escriba)
Cordialmente,
Yo.
animate
un abrazo, azul.-
Caperucita: yo creo que lo sabe..
Juan Ignacio: Gracias. Muchas. Muchas.
Fodor: jaaaa.. puede ser... saludos!
Flo: jaaaja.. no era la intención.Gracias! Saludos!
Solitude: y ya?.. no es tan fácil..
Niño: es terrible, no es lindo.. es una tortura... saludos y encantada.
Azul: gracias por el aliento, pero se complica tanto. Yo se que me entenderías. Si nos encontramos por el MSN te cuento bien.. si querés, bah. Abrazo!
Lauruguacha: sep. ud lo dijo! Besos!
Me gustó mucho todo tu "Loca, sola y mala", y especialmente este post, que no fue elegido al azar. Ahora me quedaré curioseando y te dejo la pregunta: ¿nos conocemos?
el peso se reduce y te dan ganas de seguir haciendo.
la poesía ya la tenés. no se te va a cortar por hablar. y la sensación de haberlo hecho no se compara con nada: ni con el anís, ni con el chocolate, ni con el tabaco ni con el gesto de unos labios.
apuesto mi yo completo a q si al menos algunos entendieran esto, el paso por la tierra sería una experiencia recomendable.