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Pesadilla

 Te me apareciste en un sueño.

Yo te decía que por favor tuvieras cuidado porque en los próximos meses te ibas a morir.

Vos me decías: ¡¿qué?! Mientras te reías en esa media lengua que mantenía lo universal de la sonrisa compartida. 

Y te seguías riendo, como si fuera un disparate.  

Y sí, lo era.

Y sí, aún lo sigue siendo.

Aunque sea increíblemente real. 


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No hay muestra mayor de compromiso que dar las llaves de la casa, departamento, habitación de pensión, lo que sea que fuese la morada de una. El compromiso no se demuestra con hechos, con presentar la familia, ni siquiera con un anillo. No. Darle las llaves a otro no es un hecho dejado al azar, no es una cuestión de practicidad, no es “para no bajar a abrir a la mañana”, para “que le vayas a cambiar las piedritas al gato”. No. Dar las llaves es “dar las llaves”. A razón de verdad, yo di mis llaves una sola vez. Fue un acto ingenuo, casi obligado y con el que cargué mucho tiempo. El también me dio sus llaves. Finalmente, el devenir de los hechos hizo que sus llaves terminaran fundiéndose con muchas otras en el Monumento al Che, las mías vaya a saber dónde, pero bueno, ese es otro tema. Por eso, yo ahora ando con mi par de llaves, otro en la casa de Almendra y otro en lo de Perro. Nada más. Ni a mi madre. Las llaves son una cuestión muy íntima. Y hace un par de semanas, cuando le quise b

Rellenita

Me volví adicta a una golosina. La conocí hace unos años, cuando Daniel vivía en Belgrano, porque las vendían en el kiosco de enfrente a la parada del colectivo. Daniel se mudó y no las conseguí más. Pero hace unas semanas fui al cine, ese que queda en Congreso, y entré al kiosco de al lado… y allí estaban!… las únicas… las irrepetibles Rellenitas Chunky!!… Mi emoción fue tal, que a pesar del precio ($ 1,20) compré 4… y volví, volví al kiosco, solo para comprarlas… y le compré a la quiosquera una caja entera…de las de crema.. porque las de chocolate no son igual. La quiosquera me miró raro, pero me dejó la caja al costo!!!.. ahora, vivo a ingesta de Rellenita Chunky. Por lo menos una al día… todos los días. Solo me resta encontrar un kiosco que siga vendiendo Cremokoa, y ahí si.. seré feliz….Además, me dí cuenta de que el relleno de las rellenitas es el mismo que el de las Cremokoa.. si, cada día mas loca, ya se.

¿Qué te iba a decir?

Obviamente te escribo esto porque estoy convencida de que nunca vas leerlo, y no me importa que lo lean unas 30 personas por día (según con el contador que está al final del blog). Te escribo porque cada vez que nos encontramos pienso en decírtelo, pero cuando te miro a los ojos, se me nubla todo, me agarra vértigo y sólo atino tomar un vaso de cerveza, y después otro, y otro más, y entonces empezamos a debatir sobre los cánones sociales y las desigualdades y me pierdo entre el gesto de tus labios, tu mirada calma, la contundencia de tus palabras, y yo; que lo único que puedo hacer es seguir tomando cerveza y pensando en que en cualquier momento se me va a escapar lo que quiero decirte, y en ese momento me salva el gato, que se sube a la silla que quedó vacía y nos lo quedamos mirando como bobos por 15 minutos. Escribo lo que te quiero decir porque temo que salga al final de alguna de esas frases brillantes que tirás a la mesa así como si nada, cómo cuando me asombrás con esos datos qu