Skip to main content

Oido al pasar (n 2)

Locación: una escuela del conurbano bonaerense durante los comicios.
Una señora hablaba a los gritos por su celular:

-" Y si, yo le dije. Igual sos negro. Igual te vas a morir como Miguel Jasón*"




*Estuve quince minutos para descrifrar que se estaba refieriendo a Michael Jackson.

Comments

m. said…
jajaja
sublime
Limada said…
el conurbano es pintoresco.
Anonymous said…
JAJAJAJ.
BUENA BANDA POR CIERTO
Anonymous said…
jajajajaj
buena banda por cierto.
Rain said…
JAJAJAJAJAJAJAJA

buena onda!
Limada said…
JAJAJAJA

buena banda!!!

jajajaja

(????????????????)
Unknown said…
jajjajajajajaa
jajajajjaajajaaa
jajajajjajajajajaja
Unknown said…
La culpa es de Julio Marbis. O cómo se escriba.
Cordialmente,
Yo.
Loca_Sola said…
m: :) beso nena
Limada: asi es, por eso siempre es grato volver
Ella: jajajaaaa qué banda!?
Rain: :)
Willowcita: y jajajaaaaaaaaaaaa
Niño: alguna vez fue a cosquin!? un beso
Pg said…
ya lo dijo wsb...

"de modo que soy un agente publico, y no se para quien trabajo, recojo mis instrucciones de los periodicos y los carteles de la calle y de pedazos de conversaciones que cazo en el aire como un buitre arranca visceras de otras bocas"...

Popular posts from this blog

No hay muestra mayor de compromiso que dar las llaves de la casa, departamento, habitación de pensión, lo que sea que fuese la morada de una. El compromiso no se demuestra con hechos, con presentar la familia, ni siquiera con un anillo. No. Darle las llaves a otro no es un hecho dejado al azar, no es una cuestión de practicidad, no es “para no bajar a abrir a la mañana”, para “que le vayas a cambiar las piedritas al gato”. No. Dar las llaves es “dar las llaves”. A razón de verdad, yo di mis llaves una sola vez. Fue un acto ingenuo, casi obligado y con el que cargué mucho tiempo. El también me dio sus llaves. Finalmente, el devenir de los hechos hizo que sus llaves terminaran fundiéndose con muchas otras en el Monumento al Che, las mías vaya a saber dónde, pero bueno, ese es otro tema. Por eso, yo ahora ando con mi par de llaves, otro en la casa de Almendra y otro en lo de Perro. Nada más. Ni a mi madre. Las llaves son una cuestión muy íntima. Y hace un par de semanas, cuando le quise b...

!!!¿?!!!

La semana pasada. Dos lugares diferentes. Dos hombres distintos. La misma pregunta: -¿Estás tomando fernet?. Tras la respuesta afirmativa, la misma exclamación: -Qué raro que una mujer tome Fernet.

¿Qué te iba a decir?

Obviamente te escribo esto porque estoy convencida de que nunca vas leerlo, y no me importa que lo lean unas 30 personas por día (según con el contador que está al final del blog). Te escribo porque cada vez que nos encontramos pienso en decírtelo, pero cuando te miro a los ojos, se me nubla todo, me agarra vértigo y sólo atino tomar un vaso de cerveza, y después otro, y otro más, y entonces empezamos a debatir sobre los cánones sociales y las desigualdades y me pierdo entre el gesto de tus labios, tu mirada calma, la contundencia de tus palabras, y yo; que lo único que puedo hacer es seguir tomando cerveza y pensando en que en cualquier momento se me va a escapar lo que quiero decirte, y en ese momento me salva el gato, que se sube a la silla que quedó vacía y nos lo quedamos mirando como bobos por 15 minutos. Escribo lo que te quiero decir porque temo que salga al final de alguna de esas frases brillantes que tirás a la mesa así como si nada, cómo cuando me asombrás con esos datos qu...