Cafayate me recibió tan bien, que al segundo día de estar ahí ya me sentía como en mi casa. La habitación del hostel en la que dormía se pobló la primer noche con tres chicos oriundos de Lanús y una estudiante de cine que viajaba sola, tenía mi edad y con quién teníamos muchas cosas en común. Con ellos me encontraba una tarde tomando cerveza cuando decidimos ir esa noche a comer empanadas a un bar enfrente de la plaza principal. Convenimos en ir a bañarnos de a uno y quiso el destino (y mis pocas ganas de levantarme y dejar de tomar cerveza) que quedase en último lugar. Fue así que, mientras ellos estaban todos bañaditos y perfumados yo todavía andaba con la pollera de bambula. Viendo la escena, les sugerí que fuesen hasta el lugar de las empanadas que los alcanzaba. Me bañé y aprovechando que tenía toda la habitación para mí, salí del baño enroscada en la toalla. Estaba por empezar a vestirme cuando escucho que suena mi celular, que estaba dentro de mi mochila, dentro del armario, en la otra punta de la habitación. Para cuando volví a enroscarme la toalla, para llegar hasta el armario, abrir la mochila y encontrar el celular, el aparato ya había dejado de sonar.
Miré la pantallita pensando que seguramente encontraría una llamada perdida de mi madre. Casi se me desenrosca la toalla de la emoción cuando vi que el de la llamada perdida era Javi.
Miré la pantallita pensando que seguramente encontraría una llamada perdida de mi madre. Casi se me desenrosca la toalla de la emoción cuando vi que el de la llamada perdida era Javi.
Comments
Es que si seguimos así, vuestra merced, vamos a tener un post dedicado al corte de la uña del dedo meñique del pié izquierdo, y sin desmerecer la importancia de estos actos cotidianos, y el arte con que vos los describís, corremos el riesgo de superponer las historias de este verano ya harto caduco, con las del siguiente. Dios mediante.
Saludo a vuestra merced, para mayor gloria de Este Blog, y del Turismo Nacional.
Quiero saber el final rapido
Saludos
Quiero saber el final rapido
Saludos
Caperucita: coincido, como siempre, y la verdad es que, aunque en silencio y relegando mi ansiedad, esperaba ese llamado. Saludos. Gracias por pasar y comentar.
Lady: gracias por salir de las sombras y leer!! saludos!
adhiero!
pero ud adhiere al movimiento slow llevado a la escritura!