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Showing posts from 2015

De hecho

No es ninguna novedad ni será aquí el primer lugar donde lean esto: la convivencia, señores míos, es una cuestión complicada. En mi caso,  hizo que me encontrase con una faceta desconocida, inesperada, insospechada. Ante semejante sorpresa, consulté con varios pares que estuvieron atravesando o atravesaron por esta cuestión y llegué a una conclusión tal vez injusta: bajo ciertas condiciones, como la del concubinato, las personas, queridos míos, nos transformamos en seres desconocidos hasta para nosotros mismos. Existen, en este periplo, también risas y alegrías, claro está. Pero vamos a detenernos en los infortunios, que es lo más divertido de esta cuestión. En mi caso, yo ingresé a la convivencia de golpe y porrazo, luego de muchos años disfrutando de una vida solitaria con mascota. Al comienzo, las peleas eran por no encontrar algo en la alacena después de estar todo el día deseando el momento de llegar a casa para abrir ese… chocolate, ponele. También las hubo en relación a los hor

Te cuento una boludez

Cuando era chica, muy chica, “así de chiquita” diría mi madre señalando el piso,  mi color favorito era el verde. Según cuentan las crónicas de aquella época, quería que todo objeto que me rodeara fuera verde: ropa, vasos, cubiertos. Incluso dicen que decía que era hincha de Ferro, cuando a ningún miembro de mi familia ni siquiera le gustaba el fútbol. La afición por ese color me fue acompañando a lo largo de mi vida y las anécdotas y recuerdos -no sé si propios  o construidos-, también. La semana pasada, en una de mis últimas incursiones en eventos marketineros, fui a una conferencia de una marca de desodorantes.  Durante el “brunch” –ahora le dicen así- una diseñadora hablaba sobre la importancia del color y otras cuestiones sumamente intrascendentes. La mujer afirmaba que todos nacemos con un color, que tiene que ver con nuestras vibraciones y que permanece a lo largo de toda nuestra vida. Que es el color que mejor nos representa, el que nos “viste” mejor y nuevas trivialidades

Apuntes sobre el duelo

La muerte es, tal vez, lo único certero en la vida. La muerte, como la vida, es, sucede, acontece inexorablemente. Un día, lo más terrible, con lo que fantaseas con temor desde chico, pasa.  Y tal vez lo peor de la muerte no sean los trámites posteriores, el cajón, ni siquiera la ropa que se amontona en el placard.  Lo peor de la muerte, es que con ella, viene la ausencia. Una ausencia total, final, absoluta. Ya no va a haber más hasta luego, ni el próximo fin de semana. La muerte llega para darte la plena y absoluta certeza de que mientras vivas nunca, pero nunca más, vas a ver a esa persona, o escuchar su voz. Y te acordás que una vez le escuchaste decir a alguien que la voz es lo primero que se olvida, porque para las imágenes, tenés las fotos y los recuerdos.. pero la voz se va esfumando de a poco en la memoria. Entonces tratás de conservar como un tesoro esa voz espesa, un poco ronca y única que nunca vas a volver a escuchar. Y casi obsesivamente tratás de recordarla todos