Skip to main content

Posts

Showing posts from October, 2006

El coyote te va a comer

No se ingresa al mundo de los adultos al día siguiente de cumplir los 26; ni la primera mañana que descubrís que vivís sola; ni siquiera al minuto de firmar tu primer contrato. No. Se ingresa al mundo de los adultos de forma sigilosa. En puntas de pie. Con actos simples y cotidianos. Y cuando te querés dar cuenta ya estás adentro: pagando cuentas, asumiendo compromisos, firmando contratos, compensando entre el deber, el querer y el poder y pensando en las posibles consecuencias de los actos. Se está en los albores del mundo de los adultos cuando se empieza a preferir al jamón crudo por el cocido, cuando se cae en la cuenta de que el Coyote nunca va a atrapar al correcaminos por más ingeniosos artefactos que invente, y con toda la resignación del mundo se acepta que en definitiva de eso va la historia y lo divertido del caso es relajarse, disfrutar y asombrarse con las nuevas estrategias de un Coyote que se supera para alcanzar eso que siempre parece tan cerca, pero nunca alcanza. Se es

Sin razón

Y una sale a cenar con Chef un domingo cualquiera. Y no es de extrañar, que de entre los temas a conversar surja el de los incidentes en San Vicente. Ahora… ¿qué cuando lleguemos al departamento y nos metamos en la cama, una comience a leerle enfervorizada “La Razón de mi Vida” cual si fuera Eva frente a una multitud que la aclama enardecida frente al Ministerio de Obras Públicas?... Eso, es raro. Que tras el inexplicable incidente Chef se quede dormido y cuando Loca se despierta a la mañana siguiente siga al lado.. eso… Es más raro…. Y que al otro día por la noche, Chef le mande un mensaje que diga “¿cuándo me vas a seguir leyendo la vida de Evita?”… Eso.. Eso… Eso... es totalmente inexplicable.

Método de levante Nº 54568 (categoría sub 20)

Sábado por la madrugada. Locación: fiesta en Facultad de Filosofía y Letras. Personaje veinteañero carita linda, ojitos claros, se acerca a Loca y dice: ¿Te puedo hacer una pregunta? Loca, quién se encontraba sentada en un rincón con un vaso de cerveza en su mano, responde: Si, claro. Pvcloc, pregunta muy desenvuelto: ¿Te puedo tirar la boca?.Porque ya me voy. Ajá. ¿Dónde quedó el: "Quélindaquesos, ¿te puedo dar un beso??... eh.. ¿dónde?... Sabé mocoso, que en la vida no es todo carita linda y ojitos claros. Sabélo.

Paseador en ascensor

Y ahí estaba yo. En el palier del edificio esperando el ascensor. Al lado del paseador de perros y del perro de los vecinos, ese labrador enorme que tiene el mismo nombre que El y que cada vez que me ve se me tira encima, y los que están alrededor no hacen mas que gritar Su nombre para sacármelo de encima, claro. Bueno. El perro ya había hecho su gracia. Yo ya lo había acariciado, y ahora estábamos en paz. Llega el ascensor y nos subimos los tres. Cierro la puerta y el paseador inexplicablemente se pone a cantar: “Croki, Croki, Croki”, mientras me dice: “mirá como hace, nunca ví a un perro ponerse así con una canción”. Y el can comenzó a girar sobre si mismo y con toda esa mole de huesos, pelos y carne convirtió al ascensor en una especie de Samba de la que creí saldría en camilla. Decí que abordamos el ascensor en un cuarto piso y no estábamos tan lejos de la planta baja. Decí que el paseador era lindo, que si no.... que si no.... que si no.... no acompaño el Croki, Croki con las palm

Juego de Roles

El plan era sencillo y divertido. Era viernes, tocaba una banda conocida de los barrios conurbanos cerca de mi nueva casa urbana. Iba mi hermano, unos amigos. Así que le dije a Lula y allá fuimos. Llegamos y comenzó el juego de roles. Esta vez, cumpliendoelpapeldelaflaquitamediaextrañaybizarrahermanitadeElPerro. Lindo tugurio en el que tocaba la banda, subterráneo y oscuro. Nos sentamos en una mesa, vimos la banda, las cervezas empezaron a correr. A mi derecha lo tenía a El Perro, a la izquierda estaba Lula, y enfrente Pablo, un amigo de mi hermano que conozco desde que tengo 9 años. No lo veía desde hacía 10. Y ahora ronda los 30. Y así, como de repente, como ocurren las cosas bizarras, Pablo comienza un breve interrogatorio: P: Ajá, y ¿cómo andás?. ¿El hijo del pastor? L: ¿Eh?, ¿Qué pastor?,le digo, pensando que había empezado la hora del bardo alahermanitaflaquitabizarradelperro. P: ¿Vos no salías con el hijo de un pastor? L: No, estás confundido. P:Ah. Y Jimy ¿cómo anda? L: ¿Quién?

Ese amigo de las soledades

Tengo un amigo que se llama Miguel. Nos conocimos mediante una amiga en común con quien comparte departamento. Durante algunos meses, salíamos los tres, hasta que nuestra amiga en común se evaporó tras un chico que vive en Mar del Plata y a partir de ese día poco sabemos de ella y su paradero. Miguel y yo nos seguimos viendo y compartiendo soledades. Perdida nuestra amiga en los brazos del ancho mar, y ausente del departamento, desde hace un tiempo, se repite la siguiente rutina casi todas las semanas o fin de semana de por medio: alguno de los dos le manda un mensaje de texto al otro en noches de viernes o sábados en las que se queda en banda y el otro responde si está disponible. Entonces, uno de los dos va a la casa del otro provisto de cerveza. La mayoría de las veces voy yo. Entonces, llego, dejo la cerveza en la cocina, me saco la campera, me acomodo en el sofá, me pongo a ver la tele. Miguel va en busca de los vasos, sirve la bebida espirituosa, charlamos de nuestra semana, el