Te pasa o no te pasa. Tan simple y complejo como eso.
Y cuando te pasa, te traspasa.
Y cuando no te pasa. Se queda ahí, en la superficialidad. Y no hay vuelta que darle. Por más piel, por más lindo o por más visera que lleve. Por más buen sexo o presentable que resulte. Por más que te canses de escuchar de boca de tus amigos, incluso los varones, “este chico es el más lindo que te conozco”.
No.
Si no te pasa, no te pasa.
“Tengo miedo que Visera me gane por inercia”, le decía hace un par de semanas a Lula. “Y.. porque quiera o no, está ahí, me pasa a buscar, me llama, se hace presente, me manda mensajes, se queda a dormir. Y yo ya estoy por llegar a los 30. Y me estoy saliendo del circuito de salidas. Y..”, le explicaba a Lula.
Y ella me respondía muy acertadamente -confirmando que los amigos tienen la capacidad de ver con más claridad que nosotros las situaciones en las que estamos metidos-“no creo que te quedes con alguien por inercia. Vos no hacés esas cosas”.
Y no. No está en mi naturaleza. Y lo entendí cuando vino un beso robado de antes y me hizo acordar que prefiero a los que traspasan. A los ideales por sobre los posibles. A los que esperás porque no te queda otra y porque sabés que “eso” que te hace llenar el pecho cuando te abraza es irremplazable. A los que abarcan el silencio sin palabras. A esos que tienen ese qué sé yo que te hace poner como no se qué.
A esos.
Así que prefiero no salvarme. Pasar.
Y seguir esperando a los que traspasan.
Y cuando te pasa, te traspasa.
Y cuando no te pasa. Se queda ahí, en la superficialidad. Y no hay vuelta que darle. Por más piel, por más lindo o por más visera que lleve. Por más buen sexo o presentable que resulte. Por más que te canses de escuchar de boca de tus amigos, incluso los varones, “este chico es el más lindo que te conozco”.
No.
Si no te pasa, no te pasa.
“Tengo miedo que Visera me gane por inercia”, le decía hace un par de semanas a Lula. “Y.. porque quiera o no, está ahí, me pasa a buscar, me llama, se hace presente, me manda mensajes, se queda a dormir. Y yo ya estoy por llegar a los 30. Y me estoy saliendo del circuito de salidas. Y..”, le explicaba a Lula.
Y ella me respondía muy acertadamente -confirmando que los amigos tienen la capacidad de ver con más claridad que nosotros las situaciones en las que estamos metidos-“no creo que te quedes con alguien por inercia. Vos no hacés esas cosas”.
Y no. No está en mi naturaleza. Y lo entendí cuando vino un beso robado de antes y me hizo acordar que prefiero a los que traspasan. A los ideales por sobre los posibles. A los que esperás porque no te queda otra y porque sabés que “eso” que te hace llenar el pecho cuando te abraza es irremplazable. A los que abarcan el silencio sin palabras. A esos que tienen ese qué sé yo que te hace poner como no se qué.
A esos.
Así que prefiero no salvarme. Pasar.
Y seguir esperando a los que traspasan.
Comments
llega, te aseguro que llega y sabes una cosa? traspasa todo, hasta las cosas que hoy pensas que jamas ocurriran y ocurren.
besos miles.
y sin dudas no te salves, es una pelotudes de gente conformista,
besos!
no te conformes, vos deja que ese vuele, ya va a aterrizar uno que te llene el corazón y la cabeza!
besos
saludos
saludos
apuesto a su muy buena decisión, y me sumo a la espera de los que traspasan.
besos
he dicho
maldición!
(Aunque, eso sí, los chicos lindos son -contrariamente a lo que podría esperarse- tan alcanzables como los demás).
SALUDOS!!!!
Myris: sip! gracias nena!!.. besos!!
Unamade: gracias! bsos!!
Reaccionario: gracias.. una pregunta: ¿de qué lado tenés el corazon?
Chancha: gracias!
Solamente: y si.. gracias!! saludos!!
Pequenia: aunque no llegen, la cosa es esperarlos. Besos!
Alejandro: umm. debe ser común a nuestra eddad, no?. beso!
Yaya: claro!! gracias por pasar! Beso!
La niña pon: gracias!
Beso