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El Dami y Loca II

Loca se levanta de un salto de la cama y se va a bañar pensando que otra vez está llegando tarde al trabajo. En la oficina llama al Dami. La atiende el contestador y deja un mensaje con el número del trabajo. Terrible error del que se arrepentiría horas mas tarde mientras repetía “yo le dí el número, pero no para que llame”. El Dami llama un rato después, y un rato después del después, y después y mientras tanto manda mensajes de texto con frases cursis a las que Loca no responde.
Al día siguiente el Dami sigue con sus hábitos telefónicos. Al parecer estaba estudiando para un parcial y le dice a Loca, “si apruebo me vas a cocinar?”. En este momento es cuando Loca se da cuenta de que estaba en presencia de un personaje que no solo no había entendido que Loca no tiene hábitos telefónicos, está totalmente convencida de que las mañanas son para dormir, y la cocina sirve solo para calentar el agua del mate. Además, se habían visto una sola vez en sus vidas cuando el porcentaje de alcohol en sangre era un tanto elevado, ¿como se le ocurre pedirle que le cocine?. Semejante proeza era digna no menos que de un kamikaze.
Loca creyó que ese sería el fin de las conversaciones telefónicas, y los intentos de un posible reencuentro, pero se equivocaba.

Comments

Ro_© said…
ah no nenaa!! estoy esperando la continuacion!
Pero que mal gusto el mocoso! que es eso de llamar por las mañanas cuando una apenas se empieza a despertar a las 12am aunque este sentada en el escritorio desde las 9? (no??)

Adoctrinalo de potrillo!
Besos!
La Pipistrela.

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