Skip to main content

Las últimas líneas que te escribo

Entre las 19.30 y las 20 horas es cuando el dolor en el pecho comienza a hacerse mas agudo y se siente con mayor intensidad el vacío que deja la ausencia. Porque sabe que pasó un día más. Porque sabe que va a pasar una noche mas, y una mañana más en la que despierte y la almohada de al lado siga vacía. Y porque cae en la cuenta de que El no va a volver. Y así va a ser hoy, y mañana y pasado y tras pasado. Y dentro de su cabeza sólo resuenan las voces optimistas de los amigos, de los que siempre están para intentarle arrancar una sonrisa con algunas frases hechas. Que lo mejor es lo que va a venir. Que lo bueno se hace esperar. Que siempre podés aprender del que se va, aunque te deje llorando dos semanas seguidas.
Pero desde el mas oscuro pesimismo sólo piensa en por qué se supone que tiene que ser así. Por qué se supone que el orden natural de las cosas siempre gira hacia el bienestar y la felicidad.
Y es justo ahí, en el fondo de la mas profunda de las reflexiones pesimistas, en dónde se produce el punto de inflexión, y nace desde el pecho una especie de calor que lucha por mantenerse encendido hasta que se va transformando en un fuego que ofrece una tibieza cada vez mas intensa. Debe de ser esa la chispa que hace avivar el fuego que la impulsa a abrir los ojos todas las mañanas y realizar movimientos tan mecánicos como necesarios. Bañarse, darle de comer al gato, desayunar, vestirse y tomar el subte que va al trabajo.
Porque en realidad, no sabe si lo bueno llega alguna vez, o si todo se encamina indefectiblemente hacia la tranquilidad y felicidad con el solo hecho de desearlo.
Sabe que el impulso vital que la mantiene en pie se basa en seguir descubriendo las buenas razones que quedan para seguir luchando y la certeza de que la única forma de encontrarlas es seguir marchando.

Comments

Anonymous said…
Brindo por ese fuego Loca, brindo por el fuego. Y que vengan mas águilas a comerme las entrañas. Lo importante es el fuego.
LocaComoTuMadre said…
Me lo dedicaste a mi? Así me siento cada vez que pasan los días y el NO va a volver nunca más.

Algo más cruel que decirme: No te quiero más, no voy a volver nunca más y no me persigas.

OK.
Saludos!
Anonymous said…
Oops... una versión desconocida de Loca.
Que se mejore.
Saludos
L'ada said…
Cómo te entiendo, parece que describieras mi rutina diaria en este post!
Caperucita said…
siempre hay altos y bajos, lo importante es quedarse en los altos. se le extraña, claro que se le xtraña hasta por las venas. se lo llora, sí, cada noche corre una lágrima. se le piensa, sí, con un signo de pregunta en el rostro, cuya respuesta jamás saciará nuestro dolor. algunas veces, es mejor dejar al dolor que corra por todo nuestro cuerpo, para que se vaya, que las heridas sanen, y podamos sonreír por nosotros mismos de nuevo.

un gusto leerte
vivaperon said…
el sabinismo en tu prosa. un sabinismo amilanado...
Loca_Sola said…
Prometeo: Exacto, Gracias por su fuego.
Loca: Tocaya! qué pasó!?? arriba carajo!!.. si vivieras cerca, saldríamos por los caminos en busca de almas nuevas!!.besos y que estés mejor!
Mandinga: Gracias. No voy a entrar en cursilerías. Por eso, solo digo.. Gracias!
l´ada: salgase de la rutina. Gracias por leer y visitar.
Caperucita: gracias por el apoyo, por el comentario, por leerme y por escribir. Saludos
Viva Perón: mire que ud si sabe leer entre lineas, eh!!. a ver si descifra la banda sonora del proximo post.

Popular posts from this blog

No hay muestra mayor de compromiso que dar las llaves de la casa, departamento, habitación de pensión, lo que sea que fuese la morada de una. El compromiso no se demuestra con hechos, con presentar la familia, ni siquiera con un anillo. No. Darle las llaves a otro no es un hecho dejado al azar, no es una cuestión de practicidad, no es “para no bajar a abrir a la mañana”, para “que le vayas a cambiar las piedritas al gato”. No. Dar las llaves es “dar las llaves”. A razón de verdad, yo di mis llaves una sola vez. Fue un acto ingenuo, casi obligado y con el que cargué mucho tiempo. El también me dio sus llaves. Finalmente, el devenir de los hechos hizo que sus llaves terminaran fundiéndose con muchas otras en el Monumento al Che, las mías vaya a saber dónde, pero bueno, ese es otro tema. Por eso, yo ahora ando con mi par de llaves, otro en la casa de Almendra y otro en lo de Perro. Nada más. Ni a mi madre. Las llaves son una cuestión muy íntima. Y hace un par de semanas, cuando le quise b...

Así las cosas

Tengo un chico con visera con quién logré una conexión sexual como no había experimentado en años. El sexo con él se compara al sabor de las frutillas con chocolate amargo. No tenemos límites de horarios ni lugares. Siempre hay tiempo, siempre encontramos el lugar. Tengo un hondo enamoramiento con un chico de 18 años. Me tiene encantada. No puedo dejar de mirarlo cuando me mira y nos miramos reflejándonos en la mirada del otro. Nos quedamos escuchando música, mirándonos, besándonos y tomando vino tinto hasta eternas madrugadas. Nuestra intimidad sexual no tiene urgencias, ni presiones. Transcurre lenta y cuidadosamente. Chico de 18 años es fundamentalmente libre. Con toda la libertad de sus 18 años; esa libertad que hace brotar de su espíritu todas las frases con que me despierta a la mañana. Tengo a chico con tatuaje de sol que a veces se queda a dormir. Y me asusto si me despierto repentinamente y lo siento abrazándome. No sabe aún de la existencia de chico con visera, ni chico de 1...

Rellenita

Me volví adicta a una golosina. La conocí hace unos años, cuando Daniel vivía en Belgrano, porque las vendían en el kiosco de enfrente a la parada del colectivo. Daniel se mudó y no las conseguí más. Pero hace unas semanas fui al cine, ese que queda en Congreso, y entré al kiosco de al lado… y allí estaban!… las únicas… las irrepetibles Rellenitas Chunky!!… Mi emoción fue tal, que a pesar del precio ($ 1,20) compré 4… y volví, volví al kiosco, solo para comprarlas… y le compré a la quiosquera una caja entera…de las de crema.. porque las de chocolate no son igual. La quiosquera me miró raro, pero me dejó la caja al costo!!!.. ahora, vivo a ingesta de Rellenita Chunky. Por lo menos una al día… todos los días. Solo me resta encontrar un kiosco que siga vendiendo Cremokoa, y ahí si.. seré feliz….Además, me dí cuenta de que el relleno de las rellenitas es el mismo que el de las Cremokoa.. si, cada día mas loca, ya se.