Se trata de encontrar las respuestas. De descifrar códigos. De encontrar las piezas para armar el rompecabezas. Algunos creen encontrarlas en las ciencias; la física cuántica; la combinación de moléculas y átomos, las células que explican la creación y el ordenamiento de los hombres y el universo. Otros se dedican a la filosofía, otros tantos a las religiones; a desentrañar y formular teorías místicas.
Pero lo cierto es que prefiero que no existan explicaciones al alcance para descifrar las partículas imperceptibles que revolotean en el aire y traspasan los poros cada vez que se produce un encuentro de almas.
El vacío y el sabor a derrota que dejan los desencuentros.
El brillo que invade la mirada ante un hecho que llena de burbujas la sangre.
Las chispas que flotan en el aire cuando dos cuerpos se sumergen y se hacen uno.
La desolación y el dolor que dejan las despedidas que luchan por transformarse en hasta siempre.
La chispa, el fuego, la luz que impulsa a buscar nuevos encuentros.
El momento clave en que comienza a actuar la magia y sin habérnoslo propuesto, las palabras, preguntas, silencios y actos hacen que de golpe te encuentres frente a las siete llaves con las que estaba cerrada esa puerta que ni siquiera sabías que existía.
Y así es como mientras algunos creen que las respuestas se encuentran desenmarañando moléculas; otros creen encontrarlas en la escritura.
Para descifrar códigos, para abrir mundos escondidos, para expulsar demonios, para dejar que los ángeles guíen las manos, dejar que la tinta se convierta en letras y las letras descifren códigos, que salgan hechas palabras, y luego frases, y que así, nos ayuden a encontrar las piezas que encajen para armar el rompecabezas.
Y entonces es cuando también, mientras cree que va encontrando las claves, la razón, el propósito de estar acá, hoy y ahora, entiende que en realidad, tal vez nunca logre saber si en la búsqueda intenta descifrar su existencia, o en realidad es la búsqueda la que lo justifica.
Pero ¿saben qué?.
Eso es lo que menos importa.
Pero lo cierto es que prefiero que no existan explicaciones al alcance para descifrar las partículas imperceptibles que revolotean en el aire y traspasan los poros cada vez que se produce un encuentro de almas.
El vacío y el sabor a derrota que dejan los desencuentros.
El brillo que invade la mirada ante un hecho que llena de burbujas la sangre.
Las chispas que flotan en el aire cuando dos cuerpos se sumergen y se hacen uno.
La desolación y el dolor que dejan las despedidas que luchan por transformarse en hasta siempre.
La chispa, el fuego, la luz que impulsa a buscar nuevos encuentros.
El momento clave en que comienza a actuar la magia y sin habérnoslo propuesto, las palabras, preguntas, silencios y actos hacen que de golpe te encuentres frente a las siete llaves con las que estaba cerrada esa puerta que ni siquiera sabías que existía.
Y así es como mientras algunos creen que las respuestas se encuentran desenmarañando moléculas; otros creen encontrarlas en la escritura.
Para descifrar códigos, para abrir mundos escondidos, para expulsar demonios, para dejar que los ángeles guíen las manos, dejar que la tinta se convierta en letras y las letras descifren códigos, que salgan hechas palabras, y luego frases, y que así, nos ayuden a encontrar las piezas que encajen para armar el rompecabezas.
Y entonces es cuando también, mientras cree que va encontrando las claves, la razón, el propósito de estar acá, hoy y ahora, entiende que en realidad, tal vez nunca logre saber si en la búsqueda intenta descifrar su existencia, o en realidad es la búsqueda la que lo justifica.
Pero ¿saben qué?.
Eso es lo que menos importa.
Comments
Y bueno cheee justo ahora se me hace re larrrgo seguir leyendote porque publicas cada tanto...
Bueno un saludoooo
Nada mas
Saludos!
Ademas, debo decirte (ya me conoces) que algunos no "quieren buscar" porque saben que pueden encontrar una respuesta que les tire a bajo sus libros y sus altares.
Pensar que Borges vio en la piel de un tigre el nombre de vaya a saber que Dios.
Besote.
Gracias a Dios, eso no es posible todo el tiempo.
Juanitita: claro, sería un honor!!.. besos
Juan: y si, e´asi... besosss!!!
giselisima: :) gracias por pasar
Julieta: Gracias a Dios. Saludos