El beneficio de haber pasado por algunas rupturas sentimentales es que uno ya se sabe de memoria las etapas de los duelos: Primero viene el llanto, la bronca, las charlas interminables con amigos (¿qué cómo puede ser? ¿qué ahora qué voy a hacer?), el quenadiememire,quenadiemetoque,noquieromásnadaconnadie, y los “ya no voy a enamorarme nunca más de alguien como me enamoré de él”.* Después, comienzan las salidas con amigos, el descontrol, las borracheras, los vómitos en el auto de Jebuz, la búsqueda en el MSN de "asuntos pendientes" con los que nos acostaremos una vez y nos despertaremos a la mañana siguiente sintiéndonos más vacías y tristes que antes. * Luego aparecen los “ya aparecerá algo mejor”, ó los “todo tiene su porqué en la vida”. Y finalmente, nos olvidamos del primer individuo en cuestión y de los mejores que supuestamente iban a aparecer y comenzamos a vivir disfrutando y sin preocupaciones hasta que, oportunamente aparece otro individuo… y todo empieza otra vez… A...