Skip to main content

Tirano oro

No hay caso. Por más que lo intente. Y obedezca a sus tiranos mandatos. Y le haga caso a sus agujas. Y salga a “tiempo”. No hay caso. Una mano invisible se encarga de adelantarlas a una lógica sobrehumana. Ó poner escollos imprevistos en el camino. Y ahí estoy, llegando tarde. Pero no es mi voluntad, lo juro. Es que siempre se demora el ascensor. O el tren que estaba programado tuvo un desperfecto. O justo ese día la correctora de la editorial me pide que la espere para ir caminando juntas hasta el subte. Y se demora agarrando el saco, saludando a los que quedan, olvidándose algo en el escritorio. Y camina a dos por hora mientras se queja y me toca el brazo cada tanto para que asienta o le preste atención. Porque claro. Yo voy pensando en lo tarde que es. Y en que cómo puede ser si salí a tiempo.
También es común que al portero que me tiene que abrir la puerta, se le ocurrió ir al baño. O hay más gente que la acostumbrada en la fila para sacar pasajes. O me encuentro sin monedas cuando tengo que tomar el colectivo.
Y si estas estrategias de su tiranía fallan, me encuentro con aquel compañero de ese trabajo, que me cuenta sus desventuras y nos despedimos con la promesa de un café que nunca se concretará. Y el semáforo de la esquina se rompió y para cruzar la avenida hay que armar un piquete.
Pero sus tácticas son perfectas. Y nos deparan desagradables sorpresas. Como que se rompa la cartera, el taco del zapato, el cierre del pantalón.
Por eso llego tarde. Pero es inútil tratar de explicar. Cuando llego ya me estás esperando con un café. O mirando la hora, mandando mensajes y mirando para todos lados en la esquina. O leyendo, fumando, acostumbrados a las esperas. O cuando la clase ya empezó. O lo que es peor, con la terapeuta mirando el reloj y diciendo: “vamos a tener que pensar juntas porqué siempre llegás tarde a terapia”.

Pero es inútil pensar, reflexionar, entender. Son sus tiempos y conmigo no quiere ceder.

Eso si, cuando no tengo que llegar a tiempo.
Siempre estoy temprano.

Comments

Blus said…
Me pasa algo parecido, y cuando llego a algún lugar tarde se atraviesa por mi mente el pensamiento de "cómo pudieron empezar sin mi??", no tengo verguenza...

Saludos!
Anonymous said…
te das cuenta que esto es una mierda, no? lo escribis pensando en las adulaciones. o sos tan pelotuda?
Mr Montoto said…
Para llegar tarde, mejor ni asistir. Ese solía ser mi lema durante la secundaria.

Seguro su analista le dirá que uno nunca llega tarde a donde quiere ir de veras. Los analistas y los impacientes no tienen amigos de otros tiempos que lo demoren con anécdotas insulsas, ni pantalones con cierres fayutos.
Sisi, de acuerdo. A mi también me pasa algo así, aunuqe prometí cambiarlo para este año... claro que siempre me encuentro con alguna piedrita en el camino que me lo impide...pero bué... por lo meno trato... eso es algo, no?
yo tengo la buena suerte de llegar temprano a todos lados, soy de los boludos que caen quince minutos antes, y encima no lo planeo, me sale .
Y tambien de los que putean mientras esperan a la otra mitad de gente a la que no le sale llegar temprano, pero bueno digamos que son la otra parte de la balanza.
Saludos reaccionarios. (que andes bien, y gracias por lo que pusiste en mi blog).
Discontinua said…
debería empezar por pedir disculpas a reaccionario porque siempre llegué tarde, aunque el día que nos vimos los 3 llegué primera.
No tengo una real linealidad con esto de los horarios, tengo tiempos en que nos mantenemos en sincro y tiempos en que no, como con casi todos los órdenes de la vida.
myris: si es para tomarse una birra, los horarios son flexibles, asi que no pidas perdon, esta todo bien.
saludos reaccionarios.
Juan Ignacio said…
Ponete las pilas. Despues el mate está frio. jajaj

Che, -Yo, Escritor- no dejó de funcionar, Lu!!!! Igual comentame en el otro, dale... No me hagas que te ruegue...

Beso!
Anonymous said…
qué profundo! llega hasta el fondo del inodoro y se mete un poco todavía en el caño
Anonymous said…
puta mierda forra mediocre
Loca_Sola said…
Che, anónimo: ¿qué fue lo que te hice que estás tan resentido? Si seguis asi, te va a agarrar cancer en los huevos.
Saludos y que te mejores.
loca, gracias. te pareces a alguien que conozco, pero no, sos vos.
saludos reaccionarios. me estoy acostando despues de padua experience.
saludos reaccionarios
Anonymous said…
Qué pena tener que leer comentarios así. Mucho nos falta, según veo, para aprender a vivir en paz y democracia
Anonymous said…
"si no te admiran nadie se tomará la molestia de estar en contra"
T.Capote

saludos. sigue asi.
Anonymous said…
la admiración se expresa con reflejos plenos de significado y visiones críticas de lo que sos. la adulación con chupadas de culo huecas, como los comentarios que recibís
Anonymous said…
Che, anonimo, y si te digo que tengo idea de saber quien sos? Y si te digo que estoy casi casi por averiguarlo?? Yo solo te digo esto: cuando me cruce con vos (me parece que alguien puede decirme como ubicarte, sabias??) te voy a destruir a golpes. Ahi vamos a ver que tan poronga sos.

Hasta pronto!!!!
Anonymous said…
pero te vas a autodestruir, si sos vos mismo
Loca_Sola said…
Blus: jaaa. saludos y encantada!
Yaya: totalmente de acuerdo, ¿qué pasó con tu blog?.. besos!
La niña: yo hace años que quiero cambiarlo.. jaaaaa. igual, no es imposible, eh?. cuestión de proponérselo.. besos!
Reaccionario: si, vos sos uno de los que siempre termina esperándome. Perdón!. besos emoss!
Myris: y yo disculpas a ambos, entonces! Besos, nena!
Juan: si, vos fuiste victima de mis llegadas tardes. Al final terminamos dejando el mate por la cerveza, eso tampoco está del todo mal!.. besos!
Chet: se agradece! saludos!

Popular posts from this blog

No, Marcela no está.

La firmante declara que los hechos que se narrarán a continuación ocurrieron en las primeras horas del domingo, y que bajo ninguna circunstancia se encontraba bajo los efectos de ningún estimulante. Siendo las 12.30 de la madrugada del domingo, suena el portero del departamento que comparto con gato. Era Lula. Me pongo mis pantuflas rojas con corazón azul y bajo a abrirle la puerta. Cuando me dispongo a abrir la puerta de entrada, diviso que detrás de Lula aparece un sujeto, de unos 35 años, castaño de tez blanca. Pensando que tal vez el sujeto estaría aprovechando que abriese la puerta para entrar al edificio, esperé a que sacase la llave (si es que vivía en el lugar) o en su defecto tocase el portero. Pero nada de eso ocurrió. El sujeto miró a Lula y le preguntó en un tono coloquial: -¿Está Marcela?!. Ante esta pregunta, Lula entre asombrada, risueña y algo asustada, me mira a mí, lo mira al sujeto y le dice: -No sé de lo que me está hablando. Tras la respuesta, el sujeto me mira a m

Pesadilla

 Te me apareciste en un sueño. Yo te decía que por favor tuvieras cuidado porque en los próximos meses te ibas a morir. Vos me decías: ¡¿qué?! Mientras te reías en esa media lengua que mantenía lo universal de la sonrisa compartida.  Y te seguías riendo, como si fuera un disparate.   Y sí, lo era. Y sí, aún lo sigue siendo. Aunque sea increíblemente real. 
Todavía no llegábamos a los 30. Vos estabas destruida porque te acabas de enterar que se había muerto un amigo en un accidente de auto. En medio de la desolación e incomprensión absoluta me dijiste: - Y claro, ¿sabés por qué se murió Juli? Porque no era de este mundo. Era demasiado especial para seguir acá. Hoy, en el medio de mi incomprensión absoluta, recordé de golpe ese diálogo. Y entiendo que una vez más tenías razón, Lula. Eras demasiado especial para seguir en este mundo.