Algunas cuestiones aprendidas por el asunto de la perdidita.
-Si fue una especie de somatización, esta vez, me fui de tema.
-Las salas de espera son un espacio extraño. Indefinido. Un lugar detenido en el tiempo. Con gente que entra y llaman al toque, otros que están ahí cuando llegás y permanecen cuando te vas, señoras y señores que te cuentan sus periplos y la injusticia del sistema hospitalario, mujeres embarazadas de todos los tipos y tamaños, viejas impacientes que le quieren pasar por encima a medio mundo, pantallas con letras rojas, televisores clavados en programas que no llegás a escuchar, máquinas de café que requieren muchas monedas. Blanco y asepsia.
-Los exámenes ginecológicos son lo peor del mundo. Te sometés a violaciones a voluntad , toqueteadas con plásticos y preguntas idiotas del médico en cuestión para que “pienses en otra cosa”.
-Creo que al ecografista de la última y mas incómoda de las ecografías se fue de tema, cuando mientras miraba mi interior en su pantallita blanco y negro llena de imágenes fantasmales, exclamó un: “pero que hermoso útero que tenés” (¿?).
-Si fue una especie de somatización, esta vez, me fui de tema.
-Las salas de espera son un espacio extraño. Indefinido. Un lugar detenido en el tiempo. Con gente que entra y llaman al toque, otros que están ahí cuando llegás y permanecen cuando te vas, señoras y señores que te cuentan sus periplos y la injusticia del sistema hospitalario, mujeres embarazadas de todos los tipos y tamaños, viejas impacientes que le quieren pasar por encima a medio mundo, pantallas con letras rojas, televisores clavados en programas que no llegás a escuchar, máquinas de café que requieren muchas monedas. Blanco y asepsia.
-Los exámenes ginecológicos son lo peor del mundo. Te sometés a violaciones a voluntad , toqueteadas con plásticos y preguntas idiotas del médico en cuestión para que “pienses en otra cosa”.
-Creo que al ecografista de la última y mas incómoda de las ecografías se fue de tema, cuando mientras miraba mi interior en su pantallita blanco y negro llena de imágenes fantasmales, exclamó un: “pero que hermoso útero que tenés” (¿?).
Comments
¿Para qué leí esto? Ahora voy peor predispuesta...
Tengo pánico!
Espero que sí.
Limada: jajajaaaaaaaaaa
Juan: dejate de hacer el vivo
Fernando: es que no nos queda otra. y ser madre debe ser lo más, no lo cambiaría por anda. besos
A vos las violaciones a voluntad no te gustan. Tienen que ser contra tu voluntad. Si no, ¿qué gracia tienen?
Buena, la descripción de las salas de espera. Hasta ahora nadie se había enterado de que son así.
Les cuento, para que sepan, que el sol es redondo y amarillo.