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Loca y Larva

Eran casi la una y media de la madrugada cuando entré al cuarto. En el preciso instante en el que me senté en la punta de la cama escuché algo que caía en algún lugar entre la pared, la cabecera de la cama y la mesa de luz. A partir del ruido de la caída, empezó un sonido similar al de un gusano gigante gestándose en un capullo, que avanzaba por el piso hacia dónde estaba sentada. Pensé que era el gato que estaba acicalándose bajo la cama. Pero, cuando fui al otro ambiente del departamento para buscar un libro que había dejado arriba de la mesa, me lo encontré al gato, que sentadito y moviendo la cola me miraba con cara de ¿qué pasa que me mirás así?, porque yo debería de tener cara de ¿qué hacés acá? ¡se supone que tenés que estar acicalándote abajo de la cama!!. Y fue en ese preciso momento en el que me invadió el miedo irracional de ser atacada por aquella larva gigante que se estaba gestando debajo de mi cama. Lo primero que pensé fue en llamarlo a El, pero no me acuerdo su teléfono de memoria, y el celular con la agenda estaban en la mesa de luz. Ni mamada volvía al cuarto. Lo máximo que hice fue estirarme hasta la puerta, y cuando escuché que la larva seguía retorciéndose en una esquina de la habitación, volví corriendo al otro ambiente.
Dormir en el living no era un buen plan. Hacer entrar al gato al cuarto y que se lo coma la larva tampoco. No tenía idea de lo que iba a hacer. Me senté y empecé a pensar en que estrategias iba a utilizar para erradicar a la larva gigante. Levanté el tubo del teléfono de línea y llamé a mi mamá. Claro, que otra cosa podía hacer. Le conté la situación. Se asustó, y no sabía como podía ayudarme porque vive a kilómetros luz del departamento (en realidad está de la General Paz un poquito para el oeste, pero a la hora en que la estaba llamando, cuando llegase, la larva ya nos iba a haber comido al gato y a mí). Mamá llamó a El Perro (mi hermano), que vive un barrio pegadito al mío, y en diez minutos, Perro estaba tocando el portero. Qué qué pasó, qué cómo es, que me llamó mamá y me asusté, qué que ruido tan raro, para mi se te metió un bicho en la mesa de luz. Y ahí Perro empezó a correr los muebles, y yo ya no sé si tenía miedo de que se topase con la larva gigante o que de tanto correr muebles se fuese a encontrar con aquel forro usado que El dejó en la mesa de luz y nunca volvimos a encontrar. Ni una cosa ni la otra: ni bicho, ni forro, ni larva gigante, ni ectoplasma, ni nada. No encontramos nada. Pero el ruido seguía ahí. Volvimos a poner los muebles en su lugar, y el sonido de la larva gestándose fue aminorando hasta desaparecer. Tal vez venía de algún lugar de la pared. Perro volvió a su casa. Yo me fui a la cama y al rato me quedé dormida.
Ahora tendría que estar en la cama. Pero hace un rato fui, apoyé la oreja contra la pared y la volví a escuchar. Si, si, la larva está ahí. Y se sigue gestando.

Lo juro.

Comments

Juan Ignacio said…
Yo siempre lo dije: las perdes son huecas y dentro de ellas viven nuestros verdaderos padres mutantes... (Te acordas de ese capitulo de Futurama, no?)

Un beso grande!!!
Caperucita said…
ay no! me volveria loca! pone la radio y asi ya no ois :P
solnix said…
Hola Loca!

muchas gracias por haberme dejado tus palabras en mi rinconcito.

Te cuento que yo tengo una anécdota algo similar a la que contás acá. Pero en realidad no se si me animo o no a postearla... EN tu caso vos tuviste a tu hermano para corroborar que lo que estabas escuchando también era escuchado por el. Peor en mi caso no tengo a nadie que pueda avalar mi historia.

Podrían tomarme de loca, no? pero en realidad, a quien podría importarle? si estamos todos aca detrás de nuestros nombres de fantasía.

besos de misterios nocturnos,

sol
lauruguacha said…
Uyyy, estar sola da muuucho miedo. Yo viví en un apartamento donde cada tanto y en mi dormitorio sentía lo siguiente: tac tac tac ( despacito) y luego cada vez más rápido:¡¡¡tacatacatacataca!!!! Luego unas pisadas que se perdían en el pasillo. Si no fuera por la carita de alegría que portaba mi vecina de arriba cuando me la cruzaba en la mañana, después de esas noches de terror, hubiese jurado que en mi casa habitaban fantasmas muy lujuriosos!
laura.va said…
mi tia tuvo un visitante anónimo que hacía ruido en la parte interior de la bañera (una de esas de casa vieja que son huecas). por los ruidos que hacía el diagnóstico fue: es una rata!
si querés las contacto y forman un grupo de autoayuda para gente que es visitada por larvas y seres extraños anónimos que se manifiestas a través del sonido.

en la casita donde estuvimos de vacaciones teníamos dentro de la puerta del dormitorio un ejército de bichitos que se comian la madera y a la noche con todo en silencio lindo quilombo hacían

besosssss
Anonymous said…
larva mala
la99 said…
subi texto!
llamaste al fumigador?
Anonymous said…
Che, no sean asi...las larvas tambien tienen sentimientos...y se merecen poder desarrollarse en paz
Si yo fuese larva te mataría mientras dorm´+is no cuando me podés escuchar
saludos
que descanses

en paz
Juan Solo said…
Uy. La de cosas que estarán gestándose ahora mismo bajo las baldosas...
Loca_Sola said…
Juan: ay.. no veo Futurama.. pero es verdad? ¿decis que mis verdaderos padres están escondidos entre las paredes!?.. pobres, no?
Caperucita: ayy.. jajaa.. si, pongo la tele, pero nada..jaaa.. gracias por el consejo!
Solnix: pero si no había nadie para corraborar, por qué pensar que el ruido no existía?!..quiero leer la anécdota!!.. dale, posteala!!
lauruguacha: jaaaaaa... a veces en el dpto escucho a los vecinos como si estuviesen en el otro cuarto.. Beso y gracias por pasar!
laura.va: jaaaa. pasame el teléfono de tu tía asi compartimos experiencias!!. beso!!
La99: nop.. pararon los ruidos.. beso!
Flo: jaaaaaaaaaaa.. cuando crezca te la mando para que la cries!!.. beso!!
un mero: me dio miedo tu comentario!! mala onda! igual, te aprecio, beso!
Juan:: ayyyy miedo!!!!.. Beso!!!Te leo siempre. y me gusta.
María.- said…
yo en tu lugar te juro que no duermo...sos valiente después de todo!

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