En la playa.
Lula y Loca en el mar. Se acercan hasta el borde y el frío del agua las hace retroceder. Adentro del agua, señores gordos y señoras gordas, niños con tablas de tergopol que las olas arrastran hasta la orilla y se quedan pegados a piernas de Lula y Loca; las miran con desconcierto y vuelven a entrar a esa marea humana de gente luchando contra el mar. Y de repente, divisamos a dos.
Loca: Mirá Lu, ¿los ves?, ¿qué edad decís que tienen esos dos? (si, ahora antes de lanzarme en los brazos de cualquier hombre pido opinión acerca de la edad).
Lula: uhm.. parecen chiquitos, pero están buenos.
Loca: ¿Vamos?...
Y allá iban, Lula y Loca, desafiando al frío, las olas y la marea humana. La motivación perfecta para lanzarse al ancho mar. Tras algunas olas que intentaron llevarlas a la orilla y corrieron el riesgo de quedar en pelotas ante los mil millones de veraneantes que gozaban de la playa, llegaron. Se ubicaron al lado de los sujetos antes mencionados, y comenzaron a seguir a las olas. Y justo cuándo se estaban preguntando sobre el método de levante en medio del mar, llegan así, como salidas de la nada, dos chicas con un bronceado perfecto, a los saltitos por el agua, prestas a besarlos y abrazarlos cual si fueran parte de una postal veraniega o un comercial de Sedal.
Ajá. Y bueno. Y sí.
Igual, nos quedamos en el agua.
Que tanto.
Lula y Loca en el mar. Se acercan hasta el borde y el frío del agua las hace retroceder. Adentro del agua, señores gordos y señoras gordas, niños con tablas de tergopol que las olas arrastran hasta la orilla y se quedan pegados a piernas de Lula y Loca; las miran con desconcierto y vuelven a entrar a esa marea humana de gente luchando contra el mar. Y de repente, divisamos a dos.
Loca: Mirá Lu, ¿los ves?, ¿qué edad decís que tienen esos dos? (si, ahora antes de lanzarme en los brazos de cualquier hombre pido opinión acerca de la edad).
Lula: uhm.. parecen chiquitos, pero están buenos.
Loca: ¿Vamos?...
Y allá iban, Lula y Loca, desafiando al frío, las olas y la marea humana. La motivación perfecta para lanzarse al ancho mar. Tras algunas olas que intentaron llevarlas a la orilla y corrieron el riesgo de quedar en pelotas ante los mil millones de veraneantes que gozaban de la playa, llegaron. Se ubicaron al lado de los sujetos antes mencionados, y comenzaron a seguir a las olas. Y justo cuándo se estaban preguntando sobre el método de levante en medio del mar, llegan así, como salidas de la nada, dos chicas con un bronceado perfecto, a los saltitos por el agua, prestas a besarlos y abrazarlos cual si fueran parte de una postal veraniega o un comercial de Sedal.
Ajá. Y bueno. Y sí.
Igual, nos quedamos en el agua.
Que tanto.
Comments
Sebastián (Crumble)
Untitled 86
energumenus@gmail.com
jejeje
Pequeña broma! Otra vez será!
Se conforman con poco, che.
he dicho.
Me quedé con la intriga, qué pasó con el enano, le sacaste el precinto de seguridad (que cuida la pureza (que chiste malo))?
Crumble: Si, fue una buena excusa.
Feliz: Vos sabés que no me podés pedir "una" bien. Vos fuiste la creadora de la frase:"nosotras nunca ir a comprarnos unos aros a la peatonal, no?".
Hormonas: jaja.. si, valió.
Rain: jaja.. si,no se de qué me rio.
Miss Pink: "hay que prohibir a las bronceadas" He dicho. Menos a vos, jimenita, menos a vos.
Guza: Y si, podría pasar que en vez de dos bronceadas, llegasen dos bronceados, para el caso lo mismo. Igual, los gays vinieron en otra noche marplatense.
Loca: Si, ni hablar.
Tu hermana: vos me entendés!
Tan linda: lo del escupitajo vino unos días después, ni que fueras vidente!.
Almirante: usted lo dijo, señor.
Vinílica: Eso!!!.. Pero un surfer de vez en cuando podemos ver...no?
Polli: ¿Sabés que es lo peor? que me pasan en serio, y no puedo hacer plata.
Soltera: gracias por leer. A veces tengo buena suerte. Si, al enano si, le saqué el precinto, si. Besos!